viernes, 19 de abril de 2013

Cruzada para perder la causa; Por Iván Skroce


                "Recientemente se celebraron en Venezuela (pasado domingo) las elecciones presidenciales que han debido llevarse a cabo tras la muerte del recientemente reelecto presidente Chávez. No escribiré aquí otro de los tantos “profundos” análisis sobre el proceso electoral o los resultados de este, simplemente no vale la pena hacerlo. Sin embargo expresaré brevemente mi impresión respecto a la situación actual. Ya mucha gente lo ha repetido (tanto adeptos como adversos al gobierno), los resultados emitidos por el CNE han dado como ganador a Nicolás Maduro, pero la victoria política fue para la oposición y su liderazgo representado en el candidato Henrique Capriles. Además, toda la situación posterior a mantenido esta tendencia, a pesar de las acusaciones hechas contra el último, que como mucho han hecho que aumente el rechazo hacia este en el “voto duro” del chavismo. Y aunque la auditoría mantenga como ganador a Nicolás Maduro y no exista posibilidad de imputar ni una sola mesa (el mejor escenario para el ya juramentado presidente), la oposición también venció en su lucha por hacer valer este derecho.

            Sin embargo no es ese el tema que he decidido exponer. Hoy es 19 de abril, y 203 años han pasado desde aquel hecho histórico, señalado como el primer paso hacia la secesión de Venezuela. Hay que recordar que en aquella época, si bien se vende el hecho de que, el “pueblo” (dudo que se pueda afirmar qué tan diversa era la aglomeración de personas allí) reunido en la Plaza Mayor de la ciudad de Caracas, ante el consejo del padre Madariaga, negó que quisiese seguir teniendo a Vicente Emparan como Capitán General de Venezuela, aquella lucha no gozó de apoyo mayoritario. Las clases más altas, la aristocracia colonial, los grandes terratenientes, los dueños de minas y plantaciones, hicieron de la lucha por “defender los derechos de Fernando VII”, una lucha de su clase por adueñarse del poder político, que se les tenía negado sólo por no ser peninsulares. Viendo eso en retrospectiva la lucha ya no suena tan noble, pero tiene más sentido.
La primera República, proclamada el 5 de Julio de 1811, fracasó rápidamente, y aunque Bolívar en su Carta de Jamaica culpa (nombra como una de las principales causas) al federalismo, es probable que haya influenciado más el resentimiento de la mayor parte del país hacia la aristocracia local, que no contenta con el poder económico con el cual los explotaba, también deseaba el poder político. De lo anterior extraeré, por los momentos, tres cosas:
1-      A partir de esto, Bolívar demoniza el federalismo. El centralismo se vuelve una de las principales causas de la caída de la Gran Colombia.
2-      El mayor logro de Bolívar no fue militar sino político. Lograr convencer a la gente de que la lucha no era de los Mantuanos, sino de todos los habitantes de las colonias. Un paso importante para esto fue la Declaración de Guerra a Muerte.
3-      La “rebelión popular” emancipadora, al menos al principio de la lucha, no es más que un mito.
Ciertamente hubo rebeliones de esclavos, pero no está en el mismo plano. Ellos no buscaban crear un nuevo país, sólo querían dejar de ser esclavos. Levantamientos como los de Gual y España, o los intentos de Franciso de Miranda, pasan a ser no más que intentos de unos pocos hombres con ideales liberales (bastante de moda en aquella época), que de verdad creían en un cambio. Y no es que la lucha posterior estuviese libre de este tinte ideológico (que no es marxista, es liberal), sólo que el impulso inicial tuvo más que ver con otras cosas. Pero el grueso de la población no veía con buenos ojos a estos “locos” que a punta de fusil, machete y lanza querían hacer valer su punto de vista.
            Hoy 19 de Abril se juramenta un nuevo presidente, ganador con votos prestados, de liderazgo dudoso, con un proyecto bastante contradictorio que lleva 14 años en ejecución, y que quiere hacerse ver como revolucionario; no más que el mismo atraso de siempre. Por el otro lado, un candidato que lleva en la política el mismo tiempo que lleva de ejecutado el proyecto anteriormente mencionado; que si bien es un poco nebuloso en el plan de gobierno que vende, al menos en ciertos aspectos que atañen únicamente al gobierno nacional (ya lo conocemos como alcalde y gobernador), ha consolidado un verdadero liderazgo caudillista. Ya entre los seguidores de este último se pueden ver los primeros borregos, tal como los muchos que aún tiene el difunto “Comandante Supremo”.
Entre los dos candidatos suman casi el 80% del electorado (y habría que ver, del restante 20%, cuántos siguen vivos). El presidente Chávez gozó durante años de una importante mayoría electoral que lo apoyaba. Ninguna causa es justa porque cuente con el apoyo de la mayoría de la sociedad; esto sólo hace más facil defenderla. Ninguna causa puede considerarse reprobable únicamente porque no tenga la complasencia de ninguna persona. Quizá en Venezuela, este 80% que votamos estamos equivocados y la razón  la tengan aquellos que se abstuvieron; quizá tengan razón esos trece mil y tantos que votaron por María Bolívar. Quizá, la causa de aquellos que dijeron que “No” en la Plaza Mayor de Caracas hace 203 años, hace mucho tiempo se perdió. Quizá quienes tienen la razón ya murieron y nunca nadie escucho lo que tenían por decir, jamás pudieron defender su causa perdida. Quizá esta sea también una causa perdida."

No hay comentarios:

Publicar un comentario